Mandatos familiares

MANDATOS FAMILIARES ¿qué personaje te compraste?

PSICOGENEOLOGÍA Y EPIGENÉTICA – DIANA PARIS

Este libro me encantó, me hizo mucho bien.

Pude recorrerlo capítulo a capitulo y a su vez, recorrerme. Me reflejé en cada arquetipo y me busqué en cada interrogante.

Es un texto que cualquier lector interesado en el tema puede comprender sin ser especialista.

Aborda los conceptos fundamentales  sobre el sentido de pertenecer a un clan, a una familia, a un árbol genealógico como un llamado fundamentalmente a la obediencia y al cumplimiento de destinos que la mayoría de las veces ignoramos en su sentido originario.

¿Quién soy? Remite a una pregunta que no puede prescindir del “archivo de un clan”, de una memoria genética sobre todo lo pensado, hablado y actuado por nuestros antepasados. De allí derivarán los personajes que compramos y que asumimos como propios.

También -y esto es lo esperanzador- los podremos desoír, desobedecer y trascender. 

De eso se trata este texto: nos guía con planteos y preguntas, transitando los diferentes arquetipos de personajes de la mano de los cuentos tradicionales infantiles para invitarnos, entiendo yo, a un aprendizaje sobre nosotros mismos, sobre nuestros personajes, sobre los cuentos que nos contaron y que asumimos como verdades inalterables. Nos invita a des-programar, a liberarnos de aquello que nos hace sufrir en vano y que nos impide crecer.

Dice Diana Paris: “Los mandatos tienen estructura de verbos: sentencian modos de funcionamiento, signan acciones y comportamientos: exigen calidad de gerundio: continuidad, durabilidad, siempre en proceso de seguir actuando. Son mensajes indelebles e invisibles que sellan pactos y se escriben desde hace generaciones en el árbol al cual pertenecemos.”

La autora plantea que los verbos que asociamos al mundo de las emociones positivas: amar, sentir, dar, cuidar, desear, querer…pueden ser identificados como los verbos del corazón. Y los verbos de la discordia (fuera del corazón), que refieren a emociones negativas: disputar, vengar, discriminar, rivalizar, despreciar, desautorizar…etc.; están presentes en nuestra existencia desde que nacemos y mucho antes también, a través del deseo y las proyecciones de nuestros padres. Conjugándose en nuestro entorno más cercano como verbos del corazón o del desamor, con todas las consecuencias que ello implica para nuestro bienestar, nuestro crecimiento y nuestro destino.

Diana Paris afirma: “Hacer lo que no queremos, mostrarnos como no somos, asumir lo que rechazamos, funcionar como no sentimos, estar con quienes no deseamos, fingir relaciones cordiales con quien conviene (y no con quien deseamos) son todos actos que constituyen alteraciones del vinculo, tanto consigo mismo como con los demás. Muchas veces actuamos en nuestra contra para complacer a los que nos gobiernan el corazón”

Entonces, el precio a pagar por sentirse parte de una familia, de un clan, de un linaje, será demasiado alto.

¿De qué se trata el aprendizaje de desobediencia al mandato familiar que nos impone un personaje, que en definitiva no nos permite ser nosotros mismos?

Ella dirá: “Des-programar y renacer. Animarnos a ser cisnes  cuando nos creímos patos y, encima, feos. Re-programar, porque con el poeta de Dublin lo sabemos, ‘aprender no es llenar el cubo, sino encender el fuego’ “

Este texto recorre un camino magníficamente ilustrado a través de los cuentos infantiles y resulta una aventura intentar reconocernos en cada historia, en cada arquetipo, en cada designio.

Desde que lo leí, lo releí, y tomé notas en sus márgenes, lo recomiendo a todo el mundo. Absolutamente, vale la pena.

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